Giornale Roma - Los machos alfa son raros entre los primates, según estudio

Los machos alfa son raros entre los primates, según estudio
Los machos alfa son raros entre los primates, según estudio / Foto: ABDULMONAM EASSA - AFP/Archivos

Los machos alfa son raros entre los primates, según estudio

Un estudio publicado el lunes refuta la idea de una dominancia masculina ampliamente extendida entre los primates, lo que ofrece una visión mucho más matizada de las relaciones entre sexos opuestos en monos y lémures.

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"Durante mucho tiempo mantuvimos una visión completamente binaria sobre la cuestión: se pensaba que una especie estaba dominada por machos o por hembras, y que era un rasgo fijo. Recientemente, esta idea ha sido cuestionada por estudios que han mostrado que es mucho más complicado", explica a la AFP la primatóloga Elise Huchard, primera autora del estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

"Apenas estamos empezando a preguntarnos sobre los factores que influyen en esta flexibilidad", como la demografía del grupo o la proporción macho/hembra, señala la investigadora del CNRS, que trabaja en la Universidad de Montpellier.

Con colegas franceses y alemanes, esta especialista en babuinos chacma exploró la literatura científica en busca de interacciones susceptibles de revelar una relación jerárquica entre primates: agresión, amenazas o comportamientos ritualizados de dominación-sumisión, como cuando un individuo se aparta espontáneamente del camino de otro.

Un "trabajo de hormiga" de cinco años les permitió recopilar datos de 253 poblaciones que representan 121 especies (lémures, monos, társeros, loris...).

Los expertos descubrieron que los enfrentamientos entre individuos de sexos opuestos son mucho más frecuentes de lo que se imaginaba: en promedio, más de la mitad de este tipo de interacciones dentro de un grupo implican a una hembra y un macho.

El poderío de los machos sobre las hembras, que se traduce en más del 90% de los enfrentamientos ganados, un rasgo habitual entre babuinos y chimpancés, solo se observa en el 17% de los casos observados.

La dominación femenina fue observada en el 13% de los casos, incluidos lemures y bonobos.

En la gran mayoría de las especies, los enfrentamientos podían ser ganados tanto por los machos como por las hembras.

- Control reproductivo -

En los casos en los que la dominación masculina es especialmente relevante, ese poderío se observa sobre todo en las especies donde estos machos tienen una clara superioridad física, ya sea porque son más grandes o porque tienen caninos más desarrollados.

O también en especies terrestres, donde las hembras tienen menos facilidad para huir o esconderse en comparación con las que viven en los árboles.

En cambio las hembras tienden a dominar en las sociedades donde ejercen un fuerte control sobre la reproducción.

Las hembras de babuinos, por ejemplo, tienen una tumescencia que aumenta durante la ovulación. Durante este período de unos pocos días, el macho "custodia" a la hembra, siguiéndola constantemente para asegurarse de que ningún otro competidor se aparee con ella.

En los bonobos, esta inflamación de los tejidos "no es evidente", explica Huchard.

"Los machos nunca saben cuándo están ovulando (las hembras). Por lo tanto, ellas pueden aparearse con quien quieran y cuando quieran mucho más fácilmente". Esto les otorga mucho más poder sobre los machos.

La dominancia de las hembras también es más frecuente donde existe una feroz competencia entre ellas, particularmente cuando "el macho cuida de las crías".

"Monopolizarlo se convierte entonces en un gran desafío", detalla la investigadora.

En estas sociedades, las hembras suelen ser solitarias o solo aceptan la presencia de un macho a su lado.

Con ello, surge una monogamia muy vinculada a la dominancia de las hembras.

¿Podemos extrapolar estos resultados a los humanos? Nuestras orígenes evolutivos (diferencias físicas entre los sexos, flexibilidad en los sistemas de apareamiento...) "no son necesariamente muy deterministas" en lo que respecta a las relaciones hombre-mujer, estima Huchard.

Lo que nos colocaría más bien en la categoría de primates sin dominancia estricta de uno u otro sexo.

"Estos resultados corroboran bastante bien lo que sabemos sobre las relaciones hombres-mujeres entre los cazadores-recolectores, que son más igualitarias que en las sociedades de agricultores que aparecieron posteriormente", considera, destacando la importancia de una perspectiva interdisciplinaria sobre el tema.

G.Bianchi--GdR