

Un baño en el Sena, el "golpe de suerte" contra el calor en París
Ghislaine Roche cambió este martes su mar Mediterráneo, donde suele refrescarse, por un baño en el Sena, "un golpe de suerte" para esta jubilada de 66 años de turismo en un París en alerta por ola de calor.
París reautorizó en julio el baño en el Sena como herencia de los Juegos Olímpicos de 2024 y tras más de un siglo de prohibición. Más de 52.000 personas ya se zambulleron durante el verano en curso.
"Hace mucho calor aquí desde hace dos días, y además, odio las piscinas", confiesa a AFP la jubilada oriunda de Marsella, en el sureste de Francia, después de nadar con su florido bañador frente a la isla de San Luis, en pleno corazón de la capital.
A las 10H00 de la mañana, unas 150 personas accedieron ya a esta zona, una de las tres habilitadas en París para bañarse gratuitamente en el Sena, y una fila de espera empieza ya a formarse a sus puertas.
Como ella, muchos turistas y parisinos han pensado en este este icónico río para enfrentar los hasta 36ºC previstos este martes, según el servicio meteorológico Météo-France, que decretó la alerta naranja, su segundo nivel más alto.
- "Superbuena" -
La zona delimitada y el agua verdosa recuerdan mucho a un estanque lleno de pequeñas ranas. Cada bañista lleva un flotador amarillo atado alrededor de la cintura por seguridad.
El agua a 24°C está "superbuena", no dejan de repetir. Algunos hacen unos cuantos largos antes de ir al trabajo, otros simplemente vienen a darse un chapuzón o conversan como en un verdadero salón de té.
Alain Desaunay, de 62 años, también sintió esta mañana "la necesidad de refrescarse", confiesa mientras se seca con su toalla.
"Es excepcional poder bañarse en agua natural, y no en la piscina municipal", continúa este habitante de los suburbios de París.
Valeria Estrada, una mexicana de 27 años, lo confirma. "Es una suerte, un privilegio" poder bañarse en el río en los días de fuerte calor, agrega esta residente en París, apoyada en su flotador amarillo.
- "Fuerte afluencia" -
La capital francesa no escapa a las olas de calor que azotan Europa de forma cada vez más intensa y frecuente a causa, según los científicos, del cambio climático provocado por los humanos.
Las zonas habilitadas para el baño responden a la necesidad de adaptar la Ciudad de la Luz al cambio climático. París podría experimentar olas de calor de hasta 50°C para 2050, según Météo-France.
"Registramos una fuerte afluencia", cuando sube la temperatura, explica Stéphanie Le Guédart, directora adjunta de Juventud y Deporte en el Ayuntamiento de París. "Es un verdadero éxito. Estamos encantados", agregó.
La zona más apreciada es la habilitada cerca de la Torre Eiffel, frente a la isla de los Cisnes, donde los bañistas deben esperar a veces más de una hora y media, a la sombra de los árboles, antes de acceder.
"Es como si te bañaras en el mar, o en un lago, pero en el centro de la ciudad", asegura Malou, una niña de 12 años, impaciente por darse un chapuzón.
M.Ferraro--GdR