

El gobierno de Nicaragua acusa a un exaliado de Ortega de lavado de dinero
El gobierno de Nicaragua acusó este jueves a un general retirado, exaliado del presidente Daniel Ortega, y a su hijo de utilizar empresas fantasmas para "lavar dinero" en la operación de una planta geotérmica.
El militar y exguerrillero Álvaro Baltodano Cantarero era un importante operador político y de inversiones del gobierno sandinista, pero la Procuraduría General de Justicia lo acusó a él y a su hijo de blanqueo de capitales.
Los Baltodano están acusados de haber "diseñado" desde la empresa Momotombo Power Company un "entramado" de "20 sociedades de papel" para "lavar dinero proveniente de actividades delictivas de evasión fiscal", dijo la Procuraduría en un comunicado.
Opositores nicaragüenses exiliados atribuyen sus arrestos a una purga interna en los círculos del poder encabezada por Rosario Murillo, la poderosa copresidenta y esposa de Ortega, con el aval de su marido.
El general Baltodano fue arrestado en mayo y condenado a 20 años de cárcel por "traición a la patria", según medios nicaragüenses editados en el exilio.
Un mes después, la policía detuvo a su hijo, el empresario Álvaro Baltodano Monroy, de nacionalidad nicaragüense-mexicana, de acuerdo con el diario digital Confidencial.
Su empresa operaba la planta de energía geotérmica Momotombo, en el departamento norteño de León, y tras las "evidencias" el contrato de concesión fue cancelado de "manera definitiva", indicó la Procuraduría en el comunicado publicado en el portal oficialista El 19 Digital.
Las investigaciones "revelaron que esta empresa no solo traicionó la confianza del pueblo y el Estado (...), sino que se valió de un recurso estratégico de la nación, como plataforma para concretar los propósitos criminales de los señores" Baltodano, agregó.
Los señalamientos de "corrupción" contra los Baltodano ocurren dos semanas después de que el gobierno encarcelara al histórico comandante sandinista Bayardo Arce, asesor económico de Ortega, a quien la Procuraduría acusa de realizar "transacciones y negociaciones" de bienes ilegalmente.
Ortega, exguerrillero de 79 años en el poder desde 2007 y que gobernó Nicaragua también en la década de 1980, es acusado por sus críticos y organismos humanitarios de instaurar una "dictadura familiar" junto a Murillo, de 74, nombrada copresidenta en febrero por una reforma constitucional.
En los últimos meses se le ha visto en actos públicos con dificultad para caminar y semblante pálido -padece lupus e insuficiencia renal-, por lo que analistas opositores aseguran que Murillo allana el camino para la sucesión.
F.Piras--GdR