

Brasil promete luchar contra la "injusticia" arancelaria de Trump
El gobierno de Brasil prometió el jueves luchar contra la "injusticia" arancelaria del presidente Donald Trump, pese al alivio a ciertos sectores de exportación, y advirtió que recurrirá a tribunales internacionales si las negociaciones que prevé con Estados Unidos fracasan.
La nuevas tarifas aduaneras del 50%, que entrarán en vigor el 6 de agosto, recaerán sobre el café y la carne, dos productos de los cuales Brasil es el principal exportador mundial.
Otras exportaciones clave, como el jugo de naranja, las aeronaves civiles y sus componentes, y los fertilizantes, quedaron excluidos. En total, cerca de 700 productos solo serán objeto de los gravámenes del 10% ya anunciados en abril.
Para el gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, se está "en un punto de partida más favorable del que se imaginaba, pero lejos del punto de llegada", dijo el ministro de Finanzas, Fernando Haddad.
En declaraciones a la prensa en Brasilia, Haddad anunció que hablará con su homólogo estadounidense, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y que habrá "una ronda de negociaciones".
"Hay mucha injusticia" en las medidas estadounidenses y se necesita hacer "correcciones" para alcanzar una situación satisfactoria para Brasil, afirmó.
El ministro también anunció la intención de Brasil de "recurrir en las instancias debidas, tanto en Estados Unidos como en los organismos internacionales".
El vicepresidente Geraldo Alckmin, principal responsable del diálogo con Washington, fue enfático: "La negociación no termina hoy, empieza hoy", declaró en la TV Globo.
Los nuevos aranceles afectarán al 35,9% de las exportaciones de Brasil a Estados Unidos, equivalentes a 14.500 millones de dólares en 2024, según cifras oficiales brasileñas.
- "Impacto relevante" -
Los aranceles a Brasil están entre los más elevados impuestos por la administración Trump a sus socios comerciales.
Para el economista Reginaldo Nogueira, director de la universidad Ibmec, "la medida es dura y tendrá un impacto relevante sobre sectores importantes de la economía brasileña".
"Las exclusiones ayudan a aliviar parte de la presión sobre Brasil, pero, sobre todo, preservan insumos estratégicos para la economía estadounidense", dijo a la AFP.
El gobierno de Lula lanzará en los próximos días un programa de medidas de protección a las empresas exportadoras más afectadas, según Haddad.
El izquierdista Lula denunció las medidas de Estados Unidos como un ataque a la "soberanía" de la mayor economía de Sudamérica.
En medio de la crisis, la aprobación del mandatario superó el 50% por primera vez en 2025, al llegar a 50,2%, según una encuesta de la firma Atlas Intel divulgada el jueves.
"La última vez que el presidente registró un saldo positivo de aprobación fue en octubre de 2024", valoró Atlas.
- "Alerta" -
La mayor crisis en décadas entre las dos principales economías de América no responde a motivos económicos: Estados Unidos tiene superávit comercial con Brasil, a diferencia de lo que ocurre con otros países que han sido objeto de las nuevas tasas fijadas por la Casa Blanca.
La razón es principalmente política. Trump denuncia una supuesta "caza de brujas" contra su aliado, el expresidente brasileño de extrema derecha Jair Bolsonaro (2019-2022), actualmente juzgado por presunta conspiración golpista.
"La persecución, la intimidación, el acoso, la censura y el procesamiento por motivos políticos del gobierno brasileño contra (Bolsonaro) y miles de sus partidarios son graves abusos de los derechos humanos que han socavado el Estado de derecho en Brasil", señaló el miércoles la Casa Blanca al anunciar los nuevas sobretasas.
Casi en paralelo con el decreto arancelario, la administración Trump aplicó sanciones económicas contra Alexandre de Moraes, el juez que lleva el caso contra Bolsonaro.
Según Washington, que ya le había revocado la visa, Moraes "ha abusado de su autoridad".
Las sanciones abarcan el bloqueo de todos los eventuales activos de Moraes en Estados Unidos y la prohibición de ciudadanos y empresas estadounidenses de hacer negocios con él.
Una fuente judicial brasileña dijo sin embargo a la AFP que "el juez no tiene bienes en Estados Unidos".
La arremetida contra Moraes fue celebrada especialmente por Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente, que en marzo dejó en suspenso su banca de diputado federal y se mudó a Estados Unidos para ejercer presión sobre el gobierno de Trump contra los poderes Ejecutivo y Judicial de Brasil.
"Es un marco histórico y un alerta: abuso de autoridad tiene consecuencias globales", escribió en X.
L.Bonetti--GdR