Giornale Roma - Fracasan en Ginebra las negociaciones para un tratado contra la contaminación plástica

Fracasan en Ginebra las negociaciones para un tratado contra la contaminación plástica
Fracasan en Ginebra las negociaciones para un tratado contra la contaminación plástica / Foto: Fabrice COFFRINI - AFP

Fracasan en Ginebra las negociaciones para un tratado contra la contaminación plástica

No habrá un tratado global contra la contaminación por plásticos en Ginebra: diez días de tensas negociaciones concluyeron la madrugada del viernes con un amargo fracaso para el medioambiente y la diplomacia.

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El representante de Noruega, copresidente de un grupo de países que defendía un tratado "ambicioso" para proteger el medioambiente y la salud humana, lo anunció al inicio de la última reunión plenaria de esta cita mundial de 185 Estados: "No tendremos un tratado sobre la contaminación plástica aquí en Ginebra".

El presidente de las negociaciones, el ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, había presentado dos versiones diferentes de borrador en 24 horas, la última de ellas la noche del 14 al 15 de agosto en medio de un ambiente de caos y expectativa.

Pero los jefes de delegación, reunidos en esa sesión extraordinaria al amanecer, no lograron ponerse de acuerdo sobre esta último texto, a pesar de una evolución en la redacción.

El documento, que aún contenía más de un centenar de puntos por revisar y acordar, constituía una "base aceptable para la negociación", indicaron dos fuentes gubernamentales a la AFP justo después de que el último borrador se publicara en la página web de las negociaciones de la ONU.

En su debate, no se alcanzó un consenso, tal y como señalaron los representantes de Arabia Saudita, India y Uruguay.

"Hemos perdido una oportunidad histórica", estimó Cuba.

- Multilateralismo debilitado -

En este sentido, algunos miembros solicitaron que los textos no seleccionados no se incluyeran en una próxima sesión de negociaciones.

Por el contrario, la comisaria europea de Medioambiente, Jessika Roswall, consideró que el trabajo realizado constituye una buena base para reanudar las negociaciones.

Muchos delegados expresaron su decepción, y la representante de Fiyi consideró que este fracaso "debilita el multilateralismo".

"Un puñado de países, guiados por intereses financieros a corto plazo y no por la salud de sus poblaciones y la sostenibilidad de sus economías, han bloqueado la adopción de un tratado ambicioso contra la contaminación plástica", lamentó la ministra francesa de Transición Energética, Agnès Pannier Runacher, en una declaración.

A lo largo de todo el proceso, se libró una batalla campal entre dos bandos que parecen irreconciliables.

Los "ambiciosos", entre los que se encuentran la mayoría de países de América Latina, la Unión Europea, Canadá, Australia, África o las naciones insulares, quieren reducir la producción mundial de plástico y controlar las moléculas más preocupantes para la salud.

En la otra orilla, los países principalmente petroleros rechazan cualquier restricción a la producción o prohibición de moléculas o aditivos peligrosos.

Estos últimos no toleraban que la negociación se basara en "todo el ciclo de vida" del plástico, es decir, desde la sustancia derivada del petróleo hasta su estado de residuo.

Llevaron a cabo una campaña de presión para conseguir que se modificara el "alcance" o el ámbito de aplicación del texto del tratado, que se había fijado en 2022 durante la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el Medioambiente.

China, primer productor mundial de plástico, había firmado documentos con este grupo al inicio de las negociaciones, pero se mantuvo relativamente discreto durante todo el proceso.

Bajo la atenta mirada de los representantes de las industrias petroquímicas presentes en los pasillos, los países ya habían fracasado una vez en la elaboración de un acuerdo común durante la última ronda de negociaciones en Busan (Corea del Sur) a finales de 2024.

Mientras tanto, la situación se agrava. El planeta ha producido más plástico desde el año 2000 que en las cinco décadas previas, en su mayoría productos de uso único y de empaque.

Y la tendencia se acelera: si no se hace nada, la producción actual, de unas 450 millones de toneladas anuales, se triplicará hasta el 2060, según las previsiones de la OCDE. Menos de 10% se recicla.

G.Lombardi--GdR